Si comprendes las cosas son como son.
Si no comprendes las cosas son como son.
Proverbio zen
Dar luz a tu emprendimiento personal empieza cuando se gesta primero en tu interior, como ideas, cuando lo escribes o lo verbalizas en voz alta para ti misma, cuando lo sientes profundamente en tu corazón que es posible, cuando lo nutres, no solo con pensamientos positivos de ser capaz y suficiente, sino con emociones de entusiasmo, serenidad y alegría de merecimiento infinito por el simple hecho de ser tu, y, finalmente le das forma en el exterior cuando accionas para conseguir que se exteriorice en tu mundo exterior con tus propios recursos actuales, tanto económicos, de conocimientos y de personas que forman parte de tu vida.
El orden de prioridad de los recursos siempre depende de ti, en relación a la importancia que le das a cada uno.
Llegado a este punto, empieza tu mayor reto y con ello todas las emociones de miedo e incertidumbre para llevar a cabo el plan: y si no saldrá bien, y si no seré suficiente para solucionar los problemas que vayan saliendo sobre la marcha, y si no puedo dar la talla de mi responsabilidad en el proyecto, y si no tengo los suficientes conocimientos para el éxito, y si lo pierdo todo y no avanzo en mis beneficios económicos. Y así con un largo etcétera sinfín, proveniente de algo de nuestra mente que nos pone a prueba siempre.
Y muchas veces, acaba ganando esta voz, que solo quiere evitarnos el sufrimiento y dejarnos en nuestra zona de confort y de mayor familiaridad, dónde se supone, que todo lo tenemos más o menos controlado a nuestro beneficio, tanto emocional como físico.
Y todo queda en el cajón de los recuerdos pero no del olvido, porque luego está esa otra vocecita suave y dulce que te va despertando, poco a poco, del letargo en el que te vas sumergiendo, sin querer, cuando te adaptas y conformas con todo aquello que crees y piensas que puedes conseguir por ti misma.
Que hacer, entonces, seguir así hasta que el cuerpo aguante o pararnos a sentirnos de verdad, sin otra pretensión que observarnos a nosotras y alrededor desde una mirada de pájaro, es decir, desde arriba, como si no fuera con nosotras, sino con una película muy bien interpretada por todos los personajes implicados, incluido nosotras mismas.
Cómo sería entonces esa otra mirada panorámica…
¿Qué nos viene a nuestro pensamiento? ¿ cómo nos sentimos ahora? ¿Cómo nos vemos a nosotras misma y que pensamos de nosotras? ¿En que o que debemos cambiar o hacer al respecto, según nuestro criterio de ese momento?
Con este ejercicio se activa la voz interna que nos hace recordar nuestra sentido de la vida, escuchándola cada día de manera natural, sin esfuerzo, en el silencio de la actividad cotidiana, para familiarizarnos con ella también y llenarnos de la luz de lo que somos en realidad y venimos hacer en esta vida.
Aplicarlo a tu proyecto de emprender es darle esa luz y energía que necesita y que se gesta en tu interior para darle la forma que necesita en acorde a ti.
Esto nunca puede fallar, porque se alimenta de tu fe y confianza de que las cosas son así porque nacen de ti. Y eso es todo cuanto necesitas saber para seguir adelante con tu emprendimiento, con claridad mental y determinación al siguiente nivel de manifestación.
Con amor
Francis GE